sábado, 27 de abril de 2024

III LA BODEGA





Como todos los veranos el rio Fraxno se podía cruzar andando sin apenas mojarte los pies, al otro lado de la pequeña veguilla se extendían casi en perfecta alineación mas de una docena de cuevas que indigentes, transeúntes, rateros y otras gentes sin hogar aprovechaban durante un tiempo mas o menos largo como vivienda. Durante ese tiempo las iban acondicionando y ampliando según sus necesidades ya que la mayoría de ellas solo disponía de un pequeño atrio o vestíbulo, que a veces compartían entre dos cuevas, y una sala que era a la vez cocina y dormitorio con un pequeño ventanuco.

Los hermanos Rodrigo y Pelegrin habían llegado a Carinnyana en primavera junto con sus padres y de momento salvo algún día de jornal suelto se dedicaban a la mendicidad ya que ni los clerigos de la colegiata les habían podido encontrar trabajo estable, por eso cuando Jayme les ofreció trabajo para los dos hermanos de nueve y diez años pero que parecían gemelos no se lo pensaron dos veces ni siquiera preguntaron cual seria su cometido.

La mañana que se presentaron en el almacén del señor Yesolot no habían dormido en toda la noche por temor a llegar tarde y en parte también porque no habían cenado ni casi comido el día de antes pero allí estaban los dos para lo que Jayme y el señor Joaquim mandaran.

La primera noche que se quedaron solos a guardar la maquinaria los dos hermanos se pusieron de acuerdo para ver quien hacia el primer turno de guardia Rodrigo empezaría hasta que la luna estuviera en lo ms alto y luego despertaría a su hermano. Poco había subido la luna cuando los dos zagales dormían plácidamente con el estomago lleno y solo el canto de los gorriones y cardelinas que dormían en unos olivos justo al lado los despertó de un sobresalto.

Cuando llegaron Jayme y la cuadrilla ya habían dado buena cuenta del pan y del tocino que les había quedado del día de antes y estaban preparados para cumplir todas las tareas que les mandaran aun cuando no entendían nada de lo que allí se hacia. La mañana se les paso sin darse cuanta y atentamente escucharon las instrucciones del señor Yesolot antes de marcharse pero cuando Jayme les enseño el cuenco con el pollo del día de antes se quedaron mudos, ni les salían las palabras ni apartaban la vista del cuenco.

Tendréis que hacer fuego o dejarlo en aquellas losas al sol que se temple un poco. Y guardarme el cuenco que es de mi suegra.

Una vez que se quedaron solos colocaron el cuenco al sol y mientras cogía algo de temperatura hicieron las particiones de la mitad para ellos que incluía un precioso muslo y la otra mitad se la acercarían a la cueva de sus padres antes de que se pusiera el sol.

Todavía calentaba el sol que les daba en la cara cuando echaron a suertes quien iría a llevar la comida a la cueva. Pelegrin salio ligero en dirección a la aldea de Carinnyana con el cuenco bien tapado y bien sujeto con las dos manos aun a riesgo de perder el equilibrio y cuando llego a la cueva sus padres acababan de llegar también con un trozo de pan seco y unas tiras de tocino viejo con recompensa de todo un día pidiendo limosna en la puerta de la iglesia, aunque su mujer, Andrea, había tenido mas suerte y la habían buscado por unos días en la casa de Domingo Espan ya que Menga, la cocinera, se iba a casar y estaría una semana por lo menos sin ir por la casa-palacio, aunque en ese momento nada de eso era comparable con la alegría de ver el cuenco medio de pollo que les iba a solucionar el día. Pelegrin no perdió mas tiempo ya que empezaba a anochecer y la luna no había salido todavía pues no quería verse solo en medio de la noche y en un terreno que apenas conocía.

Todavía no había distinguido la figura de su hermano cuando una mano le aplasto la nariz a la vez que le tapaba la boca mientras lo maniataban y lo echaban dentro de un carro. Cuando estaba sobre la remonta del carro le quitaron la mano que le tapaba toda la cara y el bofetón resonó en la noche cayendo de espaldas en el rincón del otro lado del carro –Y ahora a callar.-- A tientas encontró el cuerpo de su hermano que estaba tirado en el rincón donde se apretujaron los dos


Los cuatro palos que formaban el aspa habían desaparecido, los engranajes de la corona estaban rotos y al tambor donde debería estar enganchada la maroma le faltaban la mitad de las tablas y de la maroma ni rastro.

Los zagales no han podido hacer esto. Dijo Jayme señalando los cuatro palos que estaban rotos y esparcidos por el campo –esto ha sido algo preparado.

Que preparado si nadie sabia lo que estamos haciendo, solo nosotros dos, pues estos pobres diablos no saben de que va esto. Dijo Yesolot señalando a los tres jornaleros –los dos zagales seguro que tienen algo que ver si no por que no están aquí aunque los hubieran molido a golpes

Y si ¿los han secuestrado? Afirmo y pregunto a la vez Jayme

Secuestrado, no me hagas reír que no estoy para hostias, que son los dos mas harapientos de la aldea que no son los hijos de Domingo Espan.

Jayme trato de poner calma ya que veía que hasta los jornaleros se empezaban a acalorar

Vamos a Carinnyana y preguntaremos si alguien ha visto algo o a alguien raro por la aldea los últimos días

Si creo que tienes razón hay que empezar de inmediato la búsqueda de la maroma ya que las maderas las pueden arreglar los carpinteros de la aldea que ademas son parientes tuyos. Tu iras a buscar al padre de los zagales y yo iré personalmente a hablar con el Jurado de la aldea.

Ni la charla de Jayme con el padre de los zagales ni la conversación de Joaquim con Domingo Espan dieron resultado, el padre juro que no los había visto desde que se presento Pelegrin con el cuenco y al Jurado no le caían muy bien los judíos por lo que se quito de encima a Yesolot con evasivas y buenas palabras.


A Jayme no le entraba en la cabeza porque una maroma podía ser tan valiosa por lo que decidió ir a ver a su amigo Miguel Pérez el constructor de la torre para que le explicara un poco porque era algo tan apreciado y donde se podría comprar y vender.

La opinión de Miguel fue clara y dura –ha sido un robo por encargo

Pero si solo hay media docena de personas contando los críos de la existencia de la maroma

Eso te crees tu, la aldea no duerme y aquí todo se sabe y aunque la maroma solo lleve una semana en Carinnyana alguno ya le habrá echado el ojo

Dices que ha sido un robo por encargo pero ¿por encargo de quien?-- pregunto Jayme

Pues seguramente alguien con contactos para revenderla rápidamente Posiblemente a estas horas ya este a muchas leguas de aquí o escondida dentro de la aldea. Que me se yo

Pues si no sabes nada para que me lías mas

A ver Jayme esa maroma solo sirve para un puerto de mar

O para poner en marcha la maquinaria del señor Yesolot

Vale para que veas que no quiero liarte te ayudare a buscar la maroma, si tu jefe de deja las mulas que tiene arrendadas nos vamos a investigar, arrancamos hacia Daroca y desde allí según vayamos sacando información ya veremos por donde seguimos

Y todo esto como lo pagamos

Hombre tu jefe tiene mas dinero del que se puede gastar y ademas la maroma es suya por lo tanto el tendrá que pagar los gastos que, estar tranquilos, no serán muchos. Voy a ir adelantando la faena de la semana y si salimos de madrugada podemos estar de vuelta en tres o cuatro días

Se lo voy a comentar a mi jefe pero no te aseguro nada

Jayme se marcho para su casa a comer y comentar con su mujer lo sucedido, cuando llego, la bienvenida no pudo ser mas efusiva ya que María se le echo en brazos nada mas pasar la puerta y Jayme respondió a sus besos pero su mente estaba en otro sitio y su mujer se lo noto enseguida

Que pasa marido ¿es que ya no te gusto?

¿Que si me gustas? Lo que mas del mundo me gustas tu pero hoy ha sido un mal día—Jayme le contó por encima lo sucedido

Pero Jayme ¿que pintas tu explorando por ahí? Si no te enteras de nada, debería ir yo y en dos días esta aquí el ladrón a entregarse el solico a cuanta miedo, pero vamos si quieres ir ves pero de momento esta tarde donde tenemos que ir es regar el huerto porque nos toca el agua a media tarde, así que allí te esperare y espero que estés de mejor humor por que mientras corre el agua pues ya sabes-- María no dejaba de insinuarse



Después de toda la mañana hablando con los Jurados, los clerigos y algún conocido suyo la investigación no había avanzado nada pero hacia el mediodía llego a las puertas del almacén Domingo Maxano, pastor conocido de Joaquim, que ya había encerrado sus mas de cien ovejas y acompañado de su fiel borrica iba en busca del judío. Golpeo fuerte la puerta con la mano abierta y los golpes resonaron en la oficina donde Joaquim no paraba de ir de un lado a otro sin encontrar respuestas a lo que le había pasado, al oír los golpes se estremeció y salio dando grandes zancadas hacia la puerta.

Buenas tardes señor Yesolot ¿sabe usted algo de dos zagales que parecen gemelos que los encontré esta mañana en el barranco La Horca y solo me han querido decir sus nombres y que usted los conoce

Si, si los conozco de hecho es que trabajan para mi o mejor dicho trabajaban hasta que me robaron la mercancía.

Venga que los traigo en el serón de la borrica

Joaquim en dos paso se planto al lado de la borrica y metiendo las manos en el serón saco a uno de los pequeños y sin dejarlo siquiera en el suelo le pregunto –Donde, donde esta la maroma.

Lo que consiguió fue que el zagal se echara a llorar y su hermano que iba en el otro lado al oírlo también rompiera a llorar

Basta, basta señor Yesolot los pobres zagales no sabrán nada porque fueron ellos los que me pidieron que los trajera aquí

Saca al otro pequeño y vamos dentro, no me gusta airear mis cosas en la calle.

Domingo y Joaquim entraron al almacén con los críos cogidos del braco como si llevaran unos cepurros. Una vez dentro, mas calmados todos, les ofreció agua a los zagales y vino al pastor y mientras bebían corto unos trozos de longaniza ya que Yesolot aunque judío practicante, en las cosas de comer poco caso le hacia a su religión

Veamos que tenéis que contarme

Cuando mi hermano se fue a llevar el cuenco a la cueva yo me fui a buscar un poco de yesca por si hacia frio por la noche y teníamos que encender fuego entonces vi que por carrayles bajaba un carro con dos carreteros y dos hombres a caballo. Yo al verlos me volví corriendo y me escondí detrás de las ginestas mientras acercaban el carro hasta donde estaba la maroma y los dos carreteros la intentaban subir al carro y cuando los dos hombres que iban a caballo vieron que no podían desmontaron y les ayudaron entre juramentos y maldiciones y antes de subirse a los caballos se liaron a golpes con todo lo que pillaban.

Ya pensaba yo que no me habían visto cuando una mano me cogió por la espalda y me levanto en el aire y sin bajarse siquiera del caballo me tiro dentro del carro y allí me queda apabilado hasta que note una mano que me cogía del brazo y al abrir los ojos vi que era mi hermano que se acurruco junto a mi y volví a perder el sentido.

Todavía era de noche cuando nos abrieron la compuerta del carro y cogiéndonos como si fuéramos un para de sacos de paja nos tiraron por al tarraplen. Un día y una noche pasamos en el fondo del barranco hasta que esta mañana oímos las esquilas del ganado y nos pusimos a gritar para que nos vieran. Cuando el pastor se percato de nosotros bajo con la borrica dando un rodeo grande para poder recogernos.

Y ¿que me podéis decir de los que iban a caballo? ¿como eran? ¿como hablaban?

A gritos, siempre hablaban a gritos como enfadados

y ¿dijeron algo de alguna aldea o de Daroca? o ¿de Zaragoza? Insistía Joaquim

La mayor parte del tiempo estuvimos apabilados en el fondo del carro y los carreteros hablaban muy poco y los de a caballo ni los veíamos. Lo único que les entendí fue rio Xiloca

Mira Domingo llévalos a la cueva con su madre y dale esta bolsa de monedas, son quince dineros por la semana y mañana a primera hora que acudan al campo que no quiero perder lo que queda de la maquinaria


Jayme le planteo a Joaquim el plan de búsqueda que había preparado junto con su amigo Miguel y este como no tenia ni idea de lo que hacer solo le pudo decir que si, por lo que acordaron la partida lo antes posible una vez que hubo recibido la bolsa de monedas para los gastos del viaje y elegido a las dos mejores mulas.

Se pusieron en marcha siendo todavía de noche cerrada para llegar a Las Navas a media mañana y dejar descansar alli a las mulas un buen rato, de allí bajaron rápidamente a La Huerva donde decidieron hacer un alto para comer y echar una siesta antes de continuar por los aburridos Llanos de Maynar por donde se encontraron con muy pocos viajeros. Fue a la salida de Retascón cuando les salieron al encuentro cuatro salteadores armados con navajas que les dieron el alto, pero cuando el que parecía el cabecilla de la banda intento coger las riendas de la mula que montaba Miguel este le soltó una patada en el pecho y el salteador cayo rodando, en ese momento de confusión Jayme salto a tierra y se encaro con otro de los asaltantes propinándole dos puñetazos, uno en cada ojo, mientras Miguel con el impulso de la patada salto por el otro lado de la mula y fue a caer justo enfrente del mas gordico de los cuatro propinándole un rodillazo en los huevos que le hizo caer al suelo y quedarse completamente enroscado mientras el cuarto bandido salia corriendo a trasmonte perseguido por las carcajadas de Jayme y Miguel

Decidieron dormir fuera de la ciudad y entrar en Daroca a la mañana siguiente. Despertaron a clarear el día cuando ya la Puerta Alta tenia bastante animación ya que era día de mercado en la Plaza. Una vez que sacaron a las mulas del aprisco medio en ruinas donde las habían escondido para pasar la noche se dirigieron hacia la entrada como el resto de visitantes

¿por donde empezaremos? –Pregunto Jayme sin mucha convicción

Vamos a acercarnos a los puestos de sogas y cáñamo que seguro que habrá varios para elegir – afirmo Miguel

Y que les repreguntamos ¿han visto una maroma como una rueda carro de grande? ¿la que robaron hace unos días en Carinnyana?

No hombre les tiraremos de la lengua contándoles que ha habido un robo en Carinnyana pero como si no nos importara mucho

A vale, ahora te entiendo nos tenemos que hacer un poco el tonto

No Jayme el tonto no, el interesante y hablaremos del robo como si lo supiéramos todo pero de todas formas tu déjame a mi

En el primer puesto que encontraron con cuerdas y cáñamo había varios compradores y no les prestaron atención En el siguiente puesto de cuerdas Miguel les contó toda la historia del robo pero el vendedor no parecía muy interesado y ya cuando se marchaban una mujer que vendía telas justo al lado nos hizo una señal para que se acercaran y a la vez que extendía una pieza de tela les dijo –Si queréis saber algo de mercancías robadas acercaros por la Puerta Baja desde allí hasta el rio se mueve mucha mercancía de dudosa procedencia

Decidieron salir de la ciudad y volver a entrar por la Puerta Baja pero antes de entrar ya vieron que el ambiente por esa zona era completamente diferente a lo visto en la plaza. Para entablar conversación entraron a un mesón que estaba pegado a la muralla por lo que se suponía frecuentado por gentes de paso.

El lugar ya no podía ser mas oscuro ni estar mas sucio, ni tener peor vino, ni ser mas caro, pero la mesonera era larga de conversación y Miguel aprovecho que estaba casi vació para charlar con ella.

Mesonera ¿no tienes un vino mejor que servirnos?, somos de tierra de vinos y este muy bueno no es

Así que sois de Carinnyana, pues vaya casualidad que en una semana vengan tantos clientes de la misma aldea

Que quieres decir mesonera acaso no tienes clientes de una aldea tan importante – trato de indagar Miguel

En los años que llevo aquí es la segunda vez que tengo clientes de Carinnyana y la primera fue la semana pasada

Y ¿que puedes contarnos de nuestros paisanos? – Miguel le coloco una moneda sobre el mostrador justo delante de sus pechos

Yo no se nada pero hablaban de llevar una carga muy valiosa a Cosuenda o algo así, me extraño por que Cosuenda debe estar muy lejos ¿no?

Desde aquí si pero desde Carinnyana no – intervino Jayme aunque la mesonera ni lo miro y siguió dándole palique a Miguel –Buscaban gente con caballo propio y que no hicieran preguntas, el gordo insistía mucho en que no hubiera preguntas. Miguel puso otra moneda en el mostrador y se despidió de la mujer con una sonrisa.

Cuando llegaron a la aldea fueron directamente al abrevadero para que las mulas bebieran y se refrescaran y luego al almacén para hablar con Joaquim que no les esperaba tan pronto de vuelta. Una vez puesto en antecedentes el judío, entre los tres decidieron ir al día siguiente a Cosuenda pero pasando por Aguaron ya que debido a las disputas de los lindes de las viñas los vecinos de las dos aldeas se vigilaban constantemente

Después de estar toda la mañana en Aguaron preguntando tanto a conocidos como a desconocidos por si habían tenido noticias de algún suceso extraordinario por la linde con Cosuenda regresaron a Carinnyana y dejaron el viaje a Cosuenda para el día siguiente ya que a lo largo de toda la sierra de Algairen los nubarrones gris oscuro casi negro anunciaban la proximidad de la tormenta. No les dio tiempo de ponerse a refugio y tanto los dos amigos como el par de mulas llegaron al almacén empapados de agua

A la mañana siguiente aun no habían abierto el mesón que junto a la casa de la villa marcaba el centro de Cosuenda que ya estaban allí Jayme y su amigo, cuando llego el mesonero a abrir resulto ser conocido de Miguel ya que antes de establecerse en la aldea había sido quincallero por toda la Comunidad de Daroca

Que les trae por aquí a estos carinnyaneros

Veo que te has establecido en un sitio fijo, supongo que seras mas legal con el vino de lo que eras con la quincalla-- le soltó en tono de broma Jayme

Toma pues no creas que mucho mas, si el agua de esta aldea ya baja con sabor a pajarilla

Oye ¿no habrás visto en los últimos días algún carro extraño por aquí

Toma por aquí el mas raro que hay soy yo, pero ahora que lo dices si que ha habido algo de movimiento por que el domingo tuve cuatro hombres a comer y me llamo la atención que iban juntos pero dos iban a caballo y dos andando y los de a caballo hablaron muy poco y a gritos como si estuvieran enfadados

Y dices que dos vinieron andando –intervino Miguel

Estuvieron por las bodegas, no se si comprando o vendiendo pero si se que llevaban un carro que aquí lo dejas en las eras y no lo quiere nadie de malo que era

Pues vamos a ver que nos dicen por las bodegas, si dejaron o cogieron algo mas que pajarilla

Dejaron las mulas al cargo del mesonero y marcharon para las bodegas donde solo encontraron una palanca abierta y como no conocían a nadie esperaron a ve si salia alguien. Pasado un buen rato y después de llamar a gritos desde la entrada y como no contestaba nadie se decidieron a bajar, al principio con cautela y luego ya con mas confianza. Una vez abajo se dieron cuenta que esta abandonada desde hacia bastante tiempo.

A ir a dar media vuelta para salir oyeron un fuerte ruido y la poca luz que entraba de la calle desapareció lo que hizo que chocaran entre ellos y cayeran por las escaleras. Jurando y maldiciendo se les fue acostumbrando la vista a la escasa luz que entraba por las rendijas de la puerta y descubrieron que al fondo de la cueva había una lumbrera.

Jayme aun subió hasta la misma puerta para confirmar que los habían encerrado con llave lo que hizo que sintiera que le faltaba el aire, Miguel al notar que bajaba tropezando por la escalera lo sujeto por los brazos al tiempo que le pedía calma

Vamos a pensar que nos ha pasado y vamos a salir de aquí lo antes posible, cálmate hombre-- Jayme se sentó en la ultima escalera mientras Miguel se ponía justo debajo de la lumbrera y mentalmente calculo que había unas seis varas por lo que le faltarían, aun subiéndose encima de Jayme, al menos tres varas para alcanzar la boca de la lumbrera y decidió revisar bien toda la nave por si había alguna herramienta que le ayudara a salir.

Jayme ya mas calmado volvió a subir hasta la puerta y la fue tanteando hasta que logro arrancar una pequeña astilla que multiplico la luz y fue como un bálsamo para Jayme que así pudo empezar a pensar un poco. Ahora con la pequeña astilla en la mano fue haciendo palanca todo alrededor de la pequeña ranura hasta que salto una astilla mas grande pero que desgraciadamente para los planes de Jayme salio hacia fuera, pero Jayme lo que necesitaba era luz y ahora ya le entraba al menos para distinguir algunos colores y así pudo reconocer una linea de tablas que parecían podridas y le grito a Miguel

Mira a ver si hay alguna piedra para hacer de martillo que ya casi estamos fuera-- Le dijo mas para darse ánimos que porque lo creyera firmemente. Miguel le acerco una piedra que justo le cabía en la mano para golpear la astilla en la junta de madera podrida pero al segundo golpe la piedra se deshizo en la mano de Jayme como si fuera arena –Dame una piedra mas grande y mas dura y la pruebas tú antes-- Miguel le alcanzo otra piedra y Jayme la sopeso antes de golpear con ella la astilla –Esta creo que servirá

Un, dos, tres golpes y la astilla seguía sin clavarse en la ranura elegida por lo que lleno de impotencia decidió atacar directamente la madera con la piedra y al tercer golpe consiguió rajar la madera

Vamos a relevarnos Jayme un rato cada uno y estamos fuera. Miguel sustituyo a Jayme y este se bajo a buscar una piedra mas grande entre los nichos donde en los buenos tiempos estaban los toneles envejeciendo el vino. Con una piedra el doble que la que tenían se lio Jayme a golpes hasta que casi había hueco suficiente para salir y le tomo el relevo Miguel que en vez de golpear mas le pego un tirón a la tabla y la arranco

Vamonos. le grito a Jayme y poniendo el cuerpo de lado paso los brazos por el hueco y seguido la cabeza, apoyo las manos en suelo y con un golpe de riñones saco medio cuerpo y como una lagartija en un momento estaba fuera y Jayme con un poco de ayuda lo siguió

Puestos en pie los dos amigos inspeccionaron todos los alrededores

O estamos muy cerca de la maroma o nos han gastado una broma muy pesada. exclamo Jayme tomando aire, seguidamente revisaron una por una todas las puertas y trataron de escuchar si había alguien dentro pero todo fue en balde solo se oía a algún tábano revoloteando

Estaban ya al final del camino cuando de una de las bodegas mas alejadas se oyó el chirriar de la puerta y los dos saltaron al vez detrás del ribazo desde donde podían ver sin ser vistos y así fue como vieron salir dos hombres y una mujer que apresuradamente desaparecieron calle abajo. Jayme reconoció al primero que salio como uno de los empleados de Nicolau d`Alava que junto con su hermano Jayme se dedicaban a todo tipo de negocios, trueques o lo que saliera, fueron directos a la cueva de donde había salido la cuadrilla y tal y como sospechaban estaba bien atrancada por lo que decidieron bajar por el carro y las mulas y de la puerta que habían desarmado para salir del encierro intentaron arrancar un larguero para utilizarlo de lanza colocándolo entre los dos mulos. Jayme mirando el par de mulas se le ocurrió un sistema mas rápido

Acerca la mula a la puerta. -- le indico a Miguel señalando a la mas fuerte de las dos –Estoy seguro que de una coz revienta al cerradura

Mucha imaginación tienes tu pero vamos intentarlo

Aculo la mula contra la puerta y cuando estaba en posición le arreo, con un mimbre que habían encontrado en el ribazo, por la parte de dentro del anca y soltó una coz el animal que reventó la cerradura y casi saca la hoja de los goznes al tiempo que del salto que dio para delante casi le cae encima a Jayme. Una vez vuelta a enganchar la mula al carro abrieron la puerta de par en par y allí mismo casi fuera de la palanca estaba la maroma. Sacarla y cargarla les llevo un buen rato y a pesar de que no habían comido nada en todo el día arrancaron hacia Carinnyana. Durante el viaje de vuelta Jayme sonreía pensando la cara que iba a poner Yesolot cuando viera la maroma y sobre todo cuando supiera que estaban implicados los hermanos d`Alava con los que hacia hacia negocios de venta de vino de una manera regular.

Conforme se acercaban a la aldea, pasada la media tarde, las mulas, que tampoco habían comido en todo el día, mas deprisa iban y justo en la ultima curva para encarar la Puerta Baja el buje de la rueda izquierda salto por los aires y la rueda salio disparada hacia el rio Fraxno y el carro volcó dejando las dos mulas tripa arriba. Los dos amigos saltaron como pudieron y fueron a caer en un carro de paja que venia de las eras mientas la maroma echo a rodar lentamente hacia el estanque bajo y quedo extendida por todo el arrabal. Jayme y Miguel desaparejaron las mulas y las levantaron para comprobar que milagrosamente no les había pasado nada no así al carro que había quedado reducido a una rueda y tablas esparcidas por toda la entrada al aldea.

Cuando llego Joaquim no sabia si reír o llorar pues por un lado había recuperado la maroma pero por otro el carro difícilmente se podría arreglar y la amistad con los hermanos d´Alava tampoco.


 

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