sábado, 27 de abril de 2024

  XI EL CRUCIFICADO





    La campaña de vendimias ya llegaba a su fin y la bodega estaba a rebosar. Incluso se habían alquilado cuatro trujales a un bodeguero vecino venido a menos por el abandono de las fincas. Jayme revisaba con Joaquim todos los días tanto los trujales como las grandes ánforas, de donde saldría el mejor caldo según sus expectativas. Los vendimiadores había regresado a su aldea y María hacía ahora el papel de moza de bodega, ya que Marta, que había empezado a aprender a leer y a escribir a sus treinta y tres años, no se separaba ni un momento de los dos jefes
–Esto de hace vino me gusta y lo vivo como vi fuera un ser vivo
–Para algunos sí que tiene vida propia, pero cuando está ya terminado
–No seas tonta, lo digo por el trajín de la bodega, pisar las uvas, trasegar el mosto y ahora el prensado que nos llevara unos cuantos días, me gusta el tufillo a vino que sale de la bodega
    Joaquim llegó contento, cosa rara últimamente, a pesar de la tensión que le producía la campaña de vendimias y aunque ya no compraban más uvas por falta de capacidad cada día venían de las aldeas más altas como Encinacorba varios vendedores a ver si podían meter unos cuantos cuévanos más, pues Joaquim había pagado en metálico y en el acto todas las compras y eso le había dado muy buena fama en la rodeada.
Llamo a Marta a la oficina para ofrecerle una nueva oportunidad
–Marta, tu marido es carpintero si no ¿me equivoco?
–Si y de los buenos que le voy a decir yo si usted ya lo conocerá
–Sí, sí que lo conozco, pero mi opinión de los hermanos Garcés no es muy buena, pero vamos al grano. ¿Se querría venir tu marido a trabajar aquí de tonelero? En el corral de atrás le pondría un cubierto y lo que necesite lo hablamos
–Mire señor Yesolot le seré sincera, yo encantada de que se separe de su hermano al que cada día le gusta más el mesón y se establezca por su cuenta, pero será difícil Esta noche con calma se lo explicaré y de cuanto dinero estamos hablando
–Como profesional reconocido le pagaré lo mismo que los oficiales de la torre, diez dineros diarios a cobrar por semanas
–Es el doble de lo que cobro yo, no podía igualarme un poco
–Mira Marta, tu marido diez dineros y a ti cuando empiece a venderse el vino nuevo te subiré a seis dineros. Joder que ente los dos vais a ganar más que yo
–Por mí de acuerdo, mañana le digo algo, pero casi seguro que será que sí, de las orejas lo traigo, si hace falta que si no lo separo de su hermano se va a hacer un borracho de por vida.
María la esperaba en la puerta por ve si eran buenas o malas noticias y al ver la cara de contenta la abrazo sin decir palabra. Una vez recuperada, Marta le explico a su compañera
–Voy a convencer a mi Nicholas de que se venga a trabajar aquí porque si no se va a volver un beodo para toda la vida, lleva muy mal camino con su hermano
–Y ya va a querer venir a trabajar contigo que se sentirá vigilado
–O viene él o mañana ya se puede ir de casa, yo no aguanto 
–Pero si solo lleváis unas semanas juntos
–Si lo suficiente para conocerlo y además sé lo que le pasa, cuando está conmigo ni lo prueba, pero se va a la carpintería y vuelve como un pedal. O deja ese taller o lo dejo yo
    Nicholas entró a la cocina donde le esperaba Marta sentada en la cadiera, no había encendido ni el fuego, de un salto se plantó en medio y se lo soltó de golpe
–Mañana te vienes conmigo a trabajar a la bodega, hace falta un tonelero y ese tonelero vas a ser tú
–Hombree, mañana precisamente no va a poder ser que tenemos un encargo...
–Tú no tienes nada, mañana te vienes conmigo, al hacer de día estaremos en la puerta de la bodega los dos
–Hombree, pero y el taller y los clientes
–Ni taller, ni clientes, ni hostias. Tu mañana te vendrás conmigo
–Hombree, pero cuanto me van a pagar porque sí voy a salir perdiendo
–Tú sales todos días perdiendo desde que te conozco, tu mañana conmigo y no se hable más
–Hombree, yo es que
–Tú es que nada. Y llévate una jarra para el agua porque el vino no lo vas a catar y si necesitas herramienta ya irá tu hermanastra a buscar lo que necesites al taller porque la mitad será tuyo o ¿no?
–Hombree, joder que dura que eres conmigo
–Más que tú con el vino que vienes todos días achispado cuando no borracho o te crees que no me doy cuenta, anda, tira para la cama.
    Cuando el primer gallo canto Jayme ya había hecho fuego en el corral, como casi todas las mañanas que refrescaba, lo que venía siendo de septiembre a mayo. María se retrasaba un poco porque se quedaba a recoger la casa y dejar preparada la comida. Marta y su marido llegaron en silencio
–Dije que vendría y aquí está. No está muy contento, pero cuando salga el sol se le pasará y me lo agradecerá
–Si tú lo dices será verdad
–Bueno, nos damos una calentadica en el fuego y empezamos que hay mucho que hacer. Tu Nicholas quédate un poco más en el fuego que luego vengo por ti y con vosotras vamos a ver como está esa pasta que ya tengo ganas de terminar de prensar
–Pues pa días tenemos, menudo calendario nos hizo ayer Joaquim. Igual vienen hoy los zagales para echarnos una mano, por lo menos a manejar la prensa
–Vale, pues a seguir, que yo me voy a preparar el corral para la tonelería
Regreso a la hoguera donde Nicholas se estaba quedando medio dormido de pie y con un grito lo puso en marcha
–Bueno, vamos, ves ese cubierto y esa cuadra medio hundida, pues ese es tu taller y en este corral para trabajar los toneles, prepáratelo como quieras, pues las órdenes que tengo son darte libertad total y cuando necesites ayuda yo mismo te echaré una mano así que organízate como quieras y cuando sepas lo que vas a necesitar de vs. con María al taller y te vas trayendo las herramientas que te van a hacer falta, el borrico no te lo traigas aquí mejor que se lo quede tu hermano.

    Yesolot llego con su caballo y con prisa para marcharse a Daroca donde estaba a punto de abrir el almacén para vender vino y cerámica a los peregrinos que iban a visitar el milagro de los sagrados corporales que cada vez atraía a más gente sobre todo con la publicidad que la propia reina Sibila le estaba dando.
–Buenos días, Nicholas, ¿qué? ¿Ya te vas haciendo al sitio o qué? Cualquier cosa que necesites se la pides a Jayme. Ya te habrá dicho tu mujer que se cobra los sábados por la tarde, hoy o mañana llegara un viaje de roble de primera, con que ya puedes ir preparando el sitio para colocarlo bien y que no sé estropee. Y a la vuelta hablaremos de las medidas y las cantidades necesarias
–De acuerdo señor Yesolot y buen viaje – Yesolot ya estaba saliendo con su caballo en dirección a Daroca
    A mediodía hicieron un alto para comer algo y María saco del talego una hogaza de pan y con su navaja, de la que nunca se separaba, corto dos rebanadas y le paso la más gorda a Nicholas luego saco el tocino y repitió la misma operación y por último le acerco una jarra con dos dedos de vino que hizo sonreír a su marido que después de toda la mañana solo con agua ya se empezaba a poner nervioso.
    Jayme y su mujer llevaban dos tajadas de pollo del día anterior y pan de tres días, pero con el vino pasaba como recién hecho. Comieron y rieron como si estuvieran de fiesta, pero Jayme en cuanto se terminó su tajada se levantó –Vamos, que hay mucho trabajo y esos trujales no se sacaran solos
–Marido, mira que eres pesadico, ni tragar el último bocado me has dejado, mañana te traigo sopa.
Entre risas los cuatro volvieron cada uno a su tarea

    Jayme lo iba a recordar muchos años después Apenas había dormido aquella noche. Primero llovía y si de algo estaba sobrada aquella casa era de goteras, después los perros del vecino ladrándole a la luna que tímidamente intentaba salir entre las nubes y al final ya se levantó, se vistió y se fue a hacer fuego a la bodega. Fue al salir por la calle del Buen aire cuando vio algo raro en medio de la puerta de la iglesia, al principio le pareció un perro, luego vio que un perro no podía estar con los brazos en cruz. Como un crucificado. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando se percató que en esa postura solo podía ser un ser humano. Cuando estaba a unas cinco varas y a pesar de la poca luz que había ya se pensó lo peor y la aparición de la luna entre las nubes se lo confirmo, Joaquim Yesolot estaba muerto con los brazos en cruz en la misma puerta de la iglesia.
    Jayme le cogió la cabeza entre sus manos e intento reanimarlo y entonces vio la luna reflejada en el filo del cuchillo que llevaba clavado en el corazón Al notar el rostro frío lo dejo suavemente en el suelo y se quedó un rato sentado al lado del que había sido más que su jefe su amigo durante todos estos años.
    A pesar de la hora salió corriendo a avisar a los jurados, primero a Domingo que vivía al otro lado de la iglesia y luego fue corriendo a avisar a Ramón Guillem. Cuando regreso donde el cadáver ya estaban allí los guardias de la noche y algún curioso que iba de paso a trabajar. Sus compañeros de la bodega no tardaron en llegar, así como su amigo Miguel, que seguía con su costumbre de llegar el primero a la obra.
    María cogió a Marta del brazo y se fue a casa de Yesolot , ya antes de llegar vio la luz de un candil por la ventana, cosa que no le dio buena espina. Llamo con energía a la puerta y respiro hondo, al momento una chica del servicio abrió la puerta y María en dos pasos se plantó en medio del salón, seguida de Marta que no había dicho ni una palabra en todo el camino. Carme, que estaba vestida a pesar de lo intempestivo de la hora, la miro y casi sin oír las palabras de María, se le echó en brazos, rompiendo a llorar. Entre las dos mujeres la sentaron en un sillón mientras la sirvienta fue a prepararle una infusión
–Quiero verlo, quiero verlo, ¿dónde está?
–Ahora nos dirán donde verlo –María hizo una señal a Marta y está salió a la carrera a por información de donde iban a llevar el cuerpo –y luego avisa a mi madre también
    Al momento se presentó Jayme por indicación de los jurados
–Me envía Ramón Guillem para saber donde quiere que depositen el cuerpo una vez que ya ha sido examinado y comprobada la causa de la muerte. Carme entre sollozos les pidió que se trajeran allí y desde allí saldría el entierro. Y también entre sollozos les pidió que avisaran a su familia de Daroca, para lo cual el propio Miguel se presentó voluntario para salir a caballo a dar la noticia a la aljama darocense. En la cuadra no estaba el caballo de Yesolot que había partido el día de antes a Daroca, según el mismo les había dicho a los empleados, pero Ramón Guillem ofreció su yegua y Miguel se puso en camino lo más rápido posible.
    Isabel llegó con Marta a la casa de Carme, que seguía llorando en brazos de María, de la que no se había soltado desde que conoció la noticia.
–Carme, esta tarde me iba a pasar a verte, que medio la chica el recado de que querías verme, pero ahora mira qué desgracia –le dijo Isabel
–Isabel, Isabel – dijo con hilo de voz que apenas se oyó en el salón, Isabel se acercó y Carme le dijo casi al oído –Isabel, estoy embarazada, – El silencio se podía cortar
    Los jurados de Carinnyana encabezados por Ramón mandaron trasladar el cadáver al barrio judío donde la Hevra Kadishá se hizo cargo del cuerpo mientras revisaron la zona de la puerta y la plaza de la iglesia y lo único que les extraño fue que no había rastro de sangre por lo que pensaron que lo habían traído muerto de otro sitio. La posible investigación de momento la dejaron en manos de los propios judíos que primero recitaron las bendiciones y a continuación el cuerpo fue lavado en un ritual de purificación y dado que se desconocía la hora de la muerte se decido enterrarlo a continuación
Carme, todavía sin haberse recuperado del gran disgusto, les pidió que esperaran hasta justo antes de la puesta de sol para dar tiempo a que llegara su familia de Daroca. Se empezaba asentir muy sola a pesar de que tanto Isabel como María no se habían separado un momento de ella y cada vez acudían más mujeres a su casa a presentarle sus respetos, pues era muy querida por toda la aldea
    Sobre la media tarde llego su padre a lomos de su mejor caballo que a punto estaba de reventar, salto directo a casa y se abrazó fuerte con su hija sin poder contener las lágrimas ninguno de los dos ni ninguno de los presentes en la sala. A continuación Daniel Abenazar recupero la compostura a duras penas y ordeno el comienzo del funeral y él mismo recitó el Kadish
    A la vuelta a casa mando llamar a Jayme Galindez que de inmediato se presentó, pues estaba en la calle, ya que su mujer y su suegra seguían al lado de Carme
–Jayme estoy al tanto de la confianza que mi yerno te tenía y que sepas que vas a seguir contando con ella o tal vez con más y espero que no nos defraudes más que por mí por mi hija.
–Señor Abenazar este tranquilo que no le defraudaremos, mañana a primera hora nada más organizar la bodega, ya sabe que tenemos muchos pedidos que cumplir, me paso por aquí y hablamos
–No, no mejor me pasaré yo por la mañana por la oficina que allí hablaremos más tranquilos. No quiero molestar a mi hija que ya tiene bastante
–De acuerdo, como quiera, mañana nos vemos
    Una vez la Hevra Kadishá termino sus ritos, Carme se retiró a su habitación y el resto de mujeres se fueron poco a poco a sus casas.
Marta se fue a recoger a su marido que llevaba todo el día con los preparativos de la tonelería y María y su madre junto con Jayme que las esperaba en la calle se fueron para su casa. Menga hacía un rato que se había marchado a preparar la cena de la casa-palacio

    María no quiso dejar solo a su marido y de noche, cerrada aún, cruzaron la aldea hacia la bodega para que Jayme encendiera el fuego como todas las mañanas, aunque sabía que esta mañana no era como todas.
Cuando llegaron Nicholas con su mujer ya llevaban un largo rato en silencio, Marta con ese punto de bobalicona que tenía pregunto
–y ahora, ¿qué será de todo esto y que será de nosotros?
–Nosotros de momento a seguir con nuestro trabajo, luego se pasara el padre de Carme y nos dirá como va a ser el futuro, de momento trabajo no nos falta. Hoy lo primero colocar la madera que llego ayer para que no se estropee
    A media mañana llegaron Carme y su padre con los ojos de no haber dormido nada. Hablo primero Daniel –Jayme vamos a la oficina mientras mi hija se da un paseo por la bodega que tenía muchas ganas de venir
–Vale, vamos dentro –abrió la puerta de la cerradura tan complicada e hizo pasar a Daniel y le hizo una señal a Carme por si quería pasar también, pero levantando levemente la mano le dijo que no, que los dos solos
–Bueno Jayme ya ves que esto en un día ha cambiado todo, ya sé por mi yerno que eres su testaferro y que con la ayuda de las dos mujeres la bodega está bien organizada y sé también la intención que tenía mi yerno de ampliar con una tonelería Las viñas creo que las llevas al día junto con dos zagales a los que no conozco, pero tienen buenas referencias y además su madre es amiga de mi hija. El malacate que con tanta ilusión monto Joaquim, creo que lo venderemos y nos centraremos en el vino a ti que te parece, ¿qué planes tenías tú?
–Yo creo que el malacate lo podemos ir arrendando a quien lo necesite, pues tenemos la maquinaria, la maroma y las mulas. Venderlo por partes no valen más que las mulas y venderlo entero es muy caro y nadie lo va a querer, además lo manejaran los zagales cuando no haya trabajo en la viña
–Y ¿la tonelería?
–Ya la tendríamos que haber montado en el verano cuando hicimos el primer viaje a Barcelona, ya se lo dije al señor Yesolot que nos estafaban con los toneles y hasta que no le reclamo su tío Salomón no hizo caso
–Vale el mercado de Barcelona no lo queremos perder, yo también tengo allí agentes que nos pueden facilitar la venta
–Aquí en la bodega tendríamos que buscar otra persona más para envasar la mistela de cada semana, pero con las obras de la iglesia no hay gente de confianza
–Y alguna persona joven como los zagales que estás nombrando
–Bueno, ya hablaré con las mujeres que conocen mejor a los jóvenes a ver si saben de alguien de confianza
–Vale cada mes aprovechando un viaje semanal de la Colegiata, revisaremos
–Mire señor Abenazar aquí hay muchos documentos que debería repasar usted o su hija porque no sabemos como está la bodega, solo sabemos que los viajes a Barcelona van muy bien, pero si hay que poner más gente primero hay que saber si se puede o no
–Veo que como buen testaferro cuidas la hacienda, me gusta tu actitud. Hablaré con mi hija para que cuando esté con mejor ánimo se ponga manos a la obra. Además, por lo que sé, tenéis una relación casi de familia.
    –Ahora hay otra cosa que quiero que me ayudes. Todos queremos encontrar a quién ha matado a Joaquim.
–La guardia no va a hacer nada porque además de ser judío no se llevaba bien, con el jurado que vive en la casa-palacio, con Domingo Espan
–Esta misma semana enviaré unas cartas a Zaragoza y a Barcelona que quizá le bajen los humos. Pero he pensado que vamos a actuar por nuestra cuenta
–Como por nuestra cuenta, que vamos a formar un ejército de mercenarios o que
–No seas exagerado, aunque también podría, resultaría demasiado caro, pero quiero tres o cuatro personas que investiguen aldea por aldea, paridera por paridera, huerta por huerta hasta dar con alguna pista. Por dinero no va a ser
–Hombre, yo le puedo conseguir dos amigos que ahora que hay poca faena en la viña nos ayudarían, pero ¿cuál es el plan?
–Pues muy sencillo. Salir uno camino real arriba y otro camino real abajo. Otro más a la ribera y el último a la otra ribera, parar en todos lugares que estén habitados y con discreción preguntar si han visto y oído algo de una muerte violenta y en una semana reunirnos aquí con lo sabido y revisar las pistas que haya
–A claro por eso hacen falta cuatro personas vale, vale tengo a Johan y a Bartolo y para unos dos o tres días puedo contar con Miguel y Andrea, que conoce gente por todos sitios, es la madre de los zagales que están en la viña al pobre Joaquim no le caía muy bien, pero es muy trabajadora aunque no ha tenido suerte en esta vida.
–De acuerdo Jayme mañana a estas horas nos volvemos a ver aquí con los cuatro investigadores y traeré el dinero para la expedición
    A la salida del sol ya estaban todos reunidos en la bodega a la espera de Miguel que estaba en las obras dando las últimas instrucciones tanto a su prometida como a su cuñada y Daniel Abenazar que se había reunido con los jurados para saber de la investigación de la muerte de su yerno.
Una vez juntados los seis alrededor de una mesa improvisada en un rincón de la bodega, Daniel, como era su costumbre, fue directo al grano
–Aquí les dejo cuatro bolsas con doscientos  dineros, cada una cogerlas os van a hacer falta. Va a ser una semana muy dura, aunque la tarea parezca sencilla.
Os voy a asignar a cada uno un camino a recorrer. Tu Miguel camino real dirección Daroca. Entra en todas las aldeas del camino y en las cercanas y si hace falta ve incluso hasta la sexma del Río Xiloca toma diez sueldos y por si te hacen falta más, te doy un pagaré para que en Daroca te presten lo que necesites a mi nombre en cualquier negocio judío. Bartolomé, tú recorrerás el camino real, pero en dirección Zaragoza y toma tus diez sueldos y el pagaré a tu nombre válido en cualquier negocio judío. Johan, tú llevarás la peor ruta hacia la ribera del Xalón aquí tienes tu bolsa y tu pagaré que en cualquier negocio de judíos es dinero en efectivo. Y por último tu Andrea te recorrerás la ribera de la Huerba y pon el oído en todo sin llamar mucho la atención, toma tu bolsa y el pagaré.
–No, no, señor Abenazar yo no puedo ir con diez sueldos en la faldriquera. La primera noche me roban la bolsa y lo que no es la bolsa. Si quiere que pase desapercibida con cincuenta dineros me sobrara para la semana. Todo lo demás mejor me lo guarda usted aquí
–De acuerdo, pero coge el pagaré y llévalo a buen recaudo como solo las mujeres sabéis guardar las cosas
–Alguna duda, ahora es el momento. No pongáis en peligro vuestra vida y memorizar bien lo que creáis que puede ayudar a resolver el caso –les dijo Jayme levantando la voz mucho más que de costumbre
–Bien, de hoy en ocho días les espero aquí, si hay un retraso de un día  saldremos en su busca –Daniel les indico la salida para que se pusieran en marcha y una vez a solas con Jayme le explico la segunda parte –Nos quedan aldeas fuera de la ruta y algunas muy interesantes. Encinacorba que es el refugio de los hermanos Alava
–Señor Daniel, esto supera a los hermanos Alava aunque estén muy enfadados, que lo están, no tienen el valor de hace esto
–Pero, ¿y pagar para que lo haga otro?
–Si ha sido así seguro que alguien cantara en algún sitio. Yo a Encinacorba de momento no iría de no tener una buena pista. Allí la gente no va a colaborar nada.
–y ¿Aguaron?
–En Aguaron, como en Almonacid, hay muchos judíos, usted mismo puede indagar, pero de la misma aldea no creo, como sea de alguna paridera a pie de puerto que les hayan dado una buena bolsa
–Esto ha estado muy bien organizado. Este crimen no lo han hecho dos pastores mal pagados, eso seguro. Esperaremos noticias, pues, los jurados de Carinnyana no tienen ni idea de por donde empezar. Habla con las mujeres y que el trabajo en la bodega que no pare, solo me faltaba que se quede mi hija viuda y arruinada.
–Por la bodega no se preocupe que va todo bien. Esta misma semana ya empezaremos a tener toneles propios para ir rellenando con la nueva cosecha. Y las vasijas van saliendo tal y como hablamos. Lo que sí es verdad que Yesolot era muy buen catador y ahí no sé si estaré a la altura o habrá que contratar a algún entendido de la aldea
–El envío de las vasijas es sagrado y nunca mejor dicho. Si la Colegiata se queda sin vino para celebrar el escándalo nos llevaría a la ruina a todos

    Jayme hizo intentos de sacar información por la aldea, pero al ser tan conocido en Carinnyana en cuanto se acercaba a la gente, se producía un silencio sepulcral. Lo comento con María y con su suegra
– Joder no puedo ni salir a la calle, pues no se calla la gente cuando paso a su lado. Algo debe correr por la aldea. Tanto silencio no es normal. Hace unos meses cuando se celebraron las Alegrías bien que comía y bebía la gente en su honor
–Yo también creo que algo se cuece entre la gente, o hay sospechas o son rumores – dijo Isabel –A mí también me pasa como a ti. Es llegar yo al mercado y se hace el silencio.
–Nosotros a seguir trabajando que además pronto habrá una buena noticia en la bodega –le dijo haciéndose la interesante María a su marido
–Para adivinanzas estamos mujer
–Yo no puedo decir nada, la única que lo sabe todo es mi madre y no suelta prenda
–Anda no me toméis más el poco pelo que me queda. Mejor será que nos vayamos a dormir, que mañana hay que trabajar. A por cierto, Isabel hay dos corros para sarmentar habla con los zagales porque ellos tienen que venir a la bodega a trasegar el vino nuevo y te los sarmientas y te recoges las gavillas para casa con el borrico y el carrico de los carpinteros que por cierto en tres días ha trabajado tu hijastro más que en un año en el taller y contento...








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