sábado, 27 de abril de 2024

VIII LA VISITA REAL





Ya desde primera hora de la mañana estaba llegando gente de todas las aldeas de la rodeada y especialmente de Cosuenda donde como aldea de la Sexma de Langa se había declarado día no laborable por los jurados de la Aldea y también de Aguarón de donde una comitiva encabezada por la Abadesa de Trasobares y seguida de prácticamente todos los vecinos de la aldea habían llegado a Carinnyana a la salida del sol.

Aprovechando la temprana apertura de las puertas de la aldea se había colado también toda la gente de mal vivir que acompañaba a la comitiva real donde quiera que fuera y que aprovechaban la alegría de la gente, por la visita, para robar todo lo que podían en las casas que quedaban vaciás mientras el personal esperaba a los reyes en la plaza entretenidos por varias cuadrillas de saltimbanquis que mientras uno o dos realizaban ejercicios con poca soltura el resto de la cuadrilla pedía la voluntad entre los asistentes. Toda esta chusma desapareció en el momento que los Jurados hicieron su entrada en la plaza Alta.

A media mañana toda la muralla, desde el torreón hasta la puerta Alta, estaba engalanada con las típicas ramas de chopo cortadas en las riberas del rio Fraxno y las enseñas de la casa-palacio y de los Reyes. Poco a poco los zagales de la aldea se iban subiendo a la muralla para tener las mejores vistas de la comitiva real.

Mientras Jayme llevaba desde el amanecer en las obras de la torre preparando la exhibición junto con su amigo Miguel, María y su madre estaban en primera fila en la plaza justo enfrente de la puerta por donde en poco rato aparecerían los reyes. Quienes aparecieron corriendo fueron Rodrigo y Pelegrin que se habían subido hasta el estanque y en cuanto divisaron la comitiva real echaron a corren hacia Carinnyana al grito de ¡ya vienen! ¡ya vienen!.

–Mira madre ya se han colocado los Jurados en su posición-- le dijo Maria a su madre a la vez que de un empujón la colocaba hacia donde acababan de aparecer Ramón y Domingo seguidos de una mujer con habito y unos veinte desconocidos

Esa monja debe ser la de Aguarón

Si, a ella van a parar todos los beneficios de la aldea

Bueno como aquí con el moravedi que cada siete años se lleva casi una cosecha

De pagar no se libra nadie viva donde viva

A lo que estamos les reprendió Jayme que acababa de llegar de improviso

Si desde luego mira Ramón como se tapa la calva con ese peinado que seguro le habrá hecho su mujer –soltó Isabel para cambiar de conversación

Son muchos años de diferencia y cada vez se nota más que el pobre Ramón esta acabado y eso que no va ni a las viñas –dijo Jayme –las tiene yermas pero no las quiere vender y cuanto más tarde menos le darán por ellas

En ese momento los primeros soldados a caballo hicieron su entrada por la puerta Alta y todo el gentío empezó a gritar y a aplaudir. Toda la comitiva se coloco alrededor de la plaza y el rey Pedro y la reina Sibila hicieron su entrada en Carinnyana. Ya antes de que pudieran desmontar comenzó el espectáculo que se había preparado para la ocasión protagonizado por un grupo de moros de la aldea y que llevaban al fuego como protagonista. Los espectadores les aplaudieron a rabiar y hasta los reyes les dieron un tímido aplauso.

Se han tenido que quemar muchas veces hasta conseguir dominar así las antorchas-- les dijo Maria que siempre sacaba algún posible accidente a todo

Ensayan mucho y casi todas las tardes están en las eras practicando

Pero sera sin fuego ¿no?

Hombre claro el fuego solo lo prenden cuando la actuación es cobrando. Una vez terminado el espectáculo de bienvenida y entre gritos, vítores y aplausos los monarcas desmontaron y saludaron: el rey primero a los Jurados de Carinnyana y la Reina a la Abadesa de Trasobares y a continuación a resto de autoridades llegadas de las aldeas vecinas.

Una vez hechas las presentaciones la comitiva inicio calle abajo el recorrido hasta la plaza del mercado donde fue recibido por la comunidad judía encabezada por Joaquim Yesolot y su mujer Carme vestida con una hopalanda de color turquesa con bordados en las mangas y el cuello en oro y un mantón gris perla con el cabello en dos trenzas unidas en un moño alto que dejaban ver el cuello con una gargantilla de oro y unos discretos pendientes del mismo metal, en ambas muñecas lucia dos pulseras de cobre entrelazado que como siempre le hacia destacar por encima de cualquiera de los presentes.

A la reina le llamo la atención el vestido elegido por Carme para la ocasión y no dudo en preguntarle donde conseguía esas vistosas y elegantes telas. La mujer de Yesolot no vacilo en proporcionarle la dirección de sus tíos en Barcelona donde le atenderían con mucho gusto y aunque no se lo dijo a la reina, con una buena bolsa de monedas por delante.

Joaquim le ofreció como regalo de bienvenida dos sillas de montar fabricadas por el guarnicionero de la aldea que por cierto no era judío sino moro y que buenos dineros le habían costado a los judíos pero había merecido la pena pues el rey quedo más que contento del regalo.

En la otra punta de la plaza la comunidad mora encabezada por Martín el Moro conocido alfarero le hizo entrega de una vajilla completa de fina cerámica de Muel y aprovechando esta parada el gremio de la carne compuesto por pastores y carniceros les hicieron entrega de una docena de corderos que la comitiva se apresuro a retirar calle arriba para esperar el momento del sacrificio.

Maria y su madre llegaron de la primeras a la plaza pues cogieron un atajo pasando por el barrio judío pero no acababan de encontrar ningún sitio que les acabara de gustar ya que si a un lado no veían se pasaban al otro y en el otro aun veían menos Delante no querían estar porque había muchos zagales y atrás como no eran muy altas solo veían el tejado de la iglesia Colegial por lo que volvieron a la entrada de la plaza y pegadas al pared decidieron quedarse y así veían la calle y un poco del atrio

Madre aquí estaremos bien y cuando llegue mi marido nos encontrara enseguida

Además veremos pasar a toda la aldea y podemos criticar a las forasteras

Toma y a las de aquí también y ellas a nosotras por zaragateras

Justo al llegar a la plaza de la Iglesia la comitiva real los dulzaineros comenzaron a tocar, lo que alegro aun más al personal que como día festivo estaba por bailarlo todo. Durante estos bailes el gremio del aceite le entrego seis ánforas de aceite de primera calidad que las damas de compañía de la reina hicieron desaparecer en un momento, aunque a la abadesa aun le dio tiempo de escamotear una de las vasijas en dirección a Aguarón.

Coincidiendo con el final del baile los cuatro representantes del gremio de vinateros les ofrecieron a sus majestades una docena de toneles de distintos tamaños. El rey Pedro cogió el más pequeño y tras sopesarlo lo abrió y comprobó la calidad bebiendo a morro un buen trago que hizo que se le escurriera por toda la cara y se le fuera por la nariz –muy bueno, muy bueno-- fue lo único que pudo decir antes del ataque de tos.

Que ha pasado –pregunto Isabel a su hija

No se que vino le han dado al rey que se ha atragantado y casi vomita, le han debido de hacer otra vez la broma de Bartolome

Pues cuidado que este tiene malas bromás a ve si nos va mandar arrestar a todos

A no, para, que se lo ha echado por encima por goloso. Se ha puesto perdido que fatal jejeje

Ya me parecía mucho atrevimiento ponerle vinagre al rey

Cuando el monarca recupero la compostura le explicaron la variedad de caldos de los que podría gozar con la docena de toneles. Casualmente dos de estos toneles también desaparecieron rápidamente, para regocijo de la abadesa, camino de Aguarón.

Con la plaza a rebosar fue el turno del gremio de panaderos quien les obsequiaron con una docena de cestas de mimbre con rosquillas, almojabanas y panes recién horneados de todos los tipos masados con las mejores harinas de la zona. Estos panaderos ya habían observado a la abadesa y no dejaron las cestas hasta entregarlas en mano a las damas de compañía de la reina y estas rápidamente dieron cuanta de las rosquillas y por indicación de la reina repartieron el resto del presente ente las gentes que se encontraban más cerca.

En el atrio de la iglesia les esperaban las autoridades eclesiásticas que no escatimaron en reverencias y cuando iban a ofrecerles los regalos se produjo una avalancha de gente que corría en todas direcciones sin saber a donde ir bajo el estruendo de los tambores y bombos que venían de la calle de la Fuente.

Habían salido de Paniza con mucho retraso ya que el señor de la aldea González de Lucio se había retrasado posiblemente debido a su afición al vino y la representación tuvo que hacer todo el camino hasta Carinnyana corriendo para llegar a tiempo a presentar sus respetos a su amigo el rey Pedro.

Eran más de veinte tambores y bombos y otros tantos acompañantes los que en medio del tumulto aparecieron por la entrada a la plaza junto a la capilla de san Martín vestidos con hábitos negros. Maria y su madre quedaron paralizadas por el miedo y eso les evito caer y ser arroyadas por la muchedumbre

Ni te muevas Maria aquí pretecicas a la pared

Ni tu tampoco, aquí lo más que nos puede pasar que nos den algún pisotón, dame la mano anda que esto pasara rápido

A una señal del rey Pedro entraron todos, clérigos, jurados y los monarcas a la carrera en la iglesia y así la guardia pudo controlar al gentío antes de que sucediera una desgracia pues cada vez entraba más gente a la plaza y los que estaban dentro cada vez empujaban más hacia la única salida que era el atrio por donde habían entrado los reyes.


Jayme apareció corriendo con todo el gentío que pretendía entrar a ver que había sucedido y al llegar a la entrada noto que le tiraban de la manga y al volverse con idea de soltar el puño vio la sonrisa de Maria que lo atajo hacia ellas antes que cayera entre la multitud

Pero de donde vienes tan ligero

Al oír la ruidera toda la aldea se ha venido hacia la plaza para ver que pasaba

Y toda la plaza quiere salir por lo mismo – dijo Isabel – y nosotras en medio a ver si se calma la gente

Ya han dejado de tocar los tambores y se van a ganar una buena

Son los paniceros con González de Lucio a la cabeza. No esta pasando una buena racha por lo que se ve y el vino se le esta llevando la sesera

Pues se podía haber quedado durmiendo la mona

Los paniceros no querían bajar con los tambores pero su Señor se ha empeñado con los tambores.. con los tambores y ahora mira como ha quedado la plaza

más de un tobillo roto habrá y mira que plan ahora que en vendimias se puede ganar algún jornal – dijo Isabel llevándose la mano a la boca

A todo esto donde te habías metido –taladro con la mirada Maria a su marido

No te lo vas a creer me he encontrado al matrimonio de Langa que estuvieron viniendo muchos años a vendimiar a la casa de Yesolot y resulta que sus dos hijos gemelos que también vinieron varios años a vendimiar, se han hecho soldados de la comitiva real. Se alistaron en Daroca para la guardia de la reina Sibila pero cuando los vio el rey se los cambio por dos soldados viejos que llevaban con el rey más de veinte años y los gemelos se tuvieron que ir con él

No quiere jóvenes al lado de su esposa, por lo que pueda pasar que estas tan beatas son las peores

O las mejores según se mire – le interpelo Jayme con una sonrisa

Los reyes a paso ligero entraron en la sacristía y dieron orden de cerrar la iglesia, orden que el sacristán se apresuro a cumplir. No quedaron dentro de la iglesia nada más que una docena de beatas que estaban rezando por el rey y su familia

No habrá más actos por hoy, mañana a mediodía que se reúna toda la aldea en esta misma plaza y los culpables de esta gamberrada los quiero entre rejas –dijo el rey mirando a Domingo Espan que todavía no se había recuperado del susto

Como vos queráis majestad, cuando el gentío se calme pasaremos a mi casa donde ya tienen preparadas las habitaciones y donde podrá tomar una buena cena.


Gonzalo González de Lucio cuando vio el estropicio que había provocado y sin haber llegado a ver a los reyes se sentó en las escaleras de la puerta de la capilla de san Martín. Adormilado por el tinto, al ir a recostarse en la puerta, esta se abrió cayendo de espaldas y dando una voltereta que hizo que se quedara tumbado dentro de la capilla mientras la puerta se cerraba lentamente. Allí en el suelo se quedo profundamente dormido.


La multitud mucho más calmada seguía esperando la salida de los reyes, mientras que los de los tambores fueros arrestados en su mayoría. Solo se libraron de dormir en el calabozo los que tiraron el tambor y el habito en el callejón de detrás de la torre de la iglesia y salieron a la plaza como si no hubiera pasado nada.

Una vez resuelta la situación Ramón Guillem como jurado de más edad salio al atrio a dar las instrucciones para el día siguiente

Mañana al mediodía el rey y la reina quieren que este aquí reunida toda la aldea pues van a hacer una proclama para todas las aldeas de la zona sean o no de la Sexma de Langa – Dicho esto la gente empezó a marcharse cada uno por su lado comentando que podía ser tan importante para que los reyes en persona lo fueran a comunicar.

Jayme y su familia se marcharon a su casa pues ya habían tenido bastantes sustos en el día


González de Lucio se despertó en plena noche y ni sabia donde estaba ni recordaba apenas nada de lo sucedido la tarde anterior .Se incorporo en la oscuridad y poco a poco fue acostumbrando la vista a la penumbra. Tanteando la puerta recordó que se había sentado en las escaleras de la capilla por lo que debía estar dentro de la capilla. Ahora tenia que encontrar una salida y esta vez volvió a tropezar en un banco de los habilitados para el rezo cayendo a los pies del altar de san Martín. Entonces vio ente sombras la puerta que comunicaba con la iglesia, se levanto y sin dejar la pared como apoyo paso de la capilla a la fría y vaciá iglesia.

No se atrevía a separar la mano de la pared por miedo a perderse en la oscuridad. Siguiendo el muro se encontró en una estancia con una ventana al fondo por donde la luna menguante le ofrecía algo de luz. Al ver los muebles se dirigió derecho a las cajoneras para abrir y ver que contenían. Con tan buena suerte que la primera que abrió estaba llena de jarras de vino de celebrar lo que le fue ni pintado para aplacar la resaca de la tarde anterior. Después de dos largos tragos dejo escapar un eructo a la vez que le entraron unas ganas inaguantables de mear. No se lo pensó dos veces y el primer rincón que encontró que casualmente era donde guardaban las casullas y las estolas le pareció ideal para desahogarse.

Con el cuerpo caliente por el vino y ligero después de aliviarse emprendió la búsqueda de la salida. Cuando llevaba unas veinte varas recorridas por la nave se dejo caer en uno de los bancos y volvió a quedarse dormido.

Antes de clarear el día el sacristán ya estaba abriendo la gran puerta de la iglesia pues había mucho que sacar y montar en el atrio Cuando llego a la sacristía y en la penumbra de la noche solo rota por la menguante luna vio el alboroto que había en la sacristía. Salio corriendo y gritando tratando de alcanzar la calle pues el miedo no le cabía en el cuerpo. En esta carrera veloz buscando la puerta se dio de bruces con González que con los gritos se había vuelto a despertar. En el choque cayeron los dos en el pasillo central a escasas veinte varas del altar mayor, el sacristán se rehízo pero no así Gonzalo que quedo tendido con los brazo en cruz a imitación de la figura de Jesucristo al que tenia justo al lado.

El sacristán cerro la puerta a toda prisa y espero en la calle que llegaran los curas a hacer la primera misa y así recuperarse un poco del susto. Al clarear el día fueron llegando los clérigos y una vez enterados de la situación por el sacristán decidieron abrir la puerta y buscar al intruso para darle su merecido. Entraron todos decididos pero el intruso ya no estaba en centro de la nave

Ha desaparecido – grito el sacristán entre asombrado y asustado

Vayamos a la sacristía para ver que ha pasado

No sera un sueño del sacristán que nos esta embolicando

Al entrar a la sacristía se quedaron de piedra pues el destrozo era más de lo que el sacristán les había descrito ya que la meada en la ropa no la había apreciado de noche y además el contenido de casi todos los cajones estaba por el suelo. El cura más anciano se echo a llorar de pena pero los más jóvenes decidieron salir a buscar el intruso

Que se quede el sacristán y uno de nosotros recogiendo todo esto y los demás vamos a por él

Lo encontraron sin conocimiento entre los asientos del coro con una brecha en la cabeza del tozolon que se había dado contra la escalera de piedra. Entre dos lo levantaron y lo sentaron en el sillar del coro. Trataron de interrogarlo pero no conseguía articular ni una palabra por lo que decidieron dejarlo allí mismo con vigilancia mientras que pasaban a avisar al jurado que vivía enfrente de la iglesia

Domingo Espan ya estaba dando ordenes por la casa-palacio, en voz baja para no despertar a los reyes, cuando oyó que llamaban a la puerta, dejo escapar un juramento y fue a abrir.

A quien se le ocurre venir a molestar a estas horas, ya puede ser importante si no pasara el día en el calabozo –abrió la puerta y en cuanto le pusieron en antecedentes a la carrera cruzo a la iglesia. Lo que allí se encontró no se lo podía creer: González de Lucio tirado como una piltrafa en los asientos del coro con la cara ensangrentada la ropa meada y oliendo como una burbuta. Cuando paso a la sacristía ya estaba casi recogida pero aun pudo comprobar el desmadre que allí había habido

Saben que este pringoso es el señor de Paniza, no se que es mejor si que lo vea el rey en este estado o mandarlo en un burro para la aldea de la que es dueño y señor para que lo vean todos los vecinos

Lo que sea pero de aquí hay que retirarlo, ya vamos con retraso de las misas y de los preparativos.

Sacarlo y dejarlo en la puerta al sol y cuando se recupere que se vaya – decidió Domingo

¿Y la herida de la cabeza?

Yo creo que no es profunda y sobrevivirá, además un dolor de cabeza no le vendrá mal a ver si se centra un poco que desde que se hizo señor de Paniza se va a beber todo el vino de la aldea

¿Y si lo encerrara en el calabozo mientras estén aquí los reyes?

Ni hablar con la buena relación que tiene el rey Pedro con él seguro que me la cargo yo. Encima del dinero que me esta costando esta visita. Dejarlo en la puerta y si no se ha despertado cuando lleguen los reyes se aparta al callejón y ya esta.

El jurado volvió a su domicilio a agasajar a los reyes y González quedo al sol de la mañana rodeado de moscas.


Las forcanas eran muy conocidas en Paniza y en toda la rodeada. Eran hijas de Domingo Forcano. Llevaban fama de ser muy trabajadoras y cumplidoras por lo que se las disputaban en todas las aldeas para cualquier tarea agrícola o de construcción, ellas marcaban el jornal que querían cobrar y si a alguno le parecía caro siempre había otros dispuestos a pagar lo que pedían, Eran dos hermanas que parecían gemelas y otra mucho más joven, Sancha la tardana, pero igual de formales las tres.

Habían recibido el recado del jurado de Paniza, para que al hacerse de día estuvieran en el callejón de la iglesia con un carro con dos mulas y una lona para tapar todo a recoger los tambores y los hábitos que con las prisas habían quedado allí tirados. Era ya de noche y estaban a punto de acostarse pero eso no fue impedimento para que la mayor de las tres se pusiera de nuevo en pie y empezara a preparar el carro para el día siguiente. Durmieron poco pues al clarear el día ya estaban en el alto paniza desde podían ver las cuevas y toda la aldea de Carinnyana en penumbra.

Entraron a la aldea por la puerta baja para llegar lo antes posible al callejón, recoger, volver a Paniza y cobrar el viaje y al llegar al fondo de la callejuela entre los hábitos tirados de cualquier manera se encontraron un cuerpo que les resulto familiar, fue Sancha la tardana la que lo reconoció

Este es el Señor de Paniza que se ha dado al vino de mala manera

No fastidies como va a ser este cuerpo que huele que apesta, que se ha hecho todo encima y va herido Gonzalo González de Lucio

Que si que es él. Bajo ayer con los tambores y los hábitos negros y lleva muy mala fama

Bueno que sea quien quiera al carro y que despierte en Paniza.

Cargaron los tambores y los hábitos y con uno de ellos vistieron al borrachín y lo colocaron sentado en el pescante para que no llamara mucho la atención

Salieron del callejón cuando ya empezaba a llegar gente a la plaza por lo que decidieron pasar también por la plaza para chafardear por allí. La mayoría de la gente con la que se cruzaron las saludo efusivamente pues todo el mundo las conocían y además muchos habían sido compañeros de trabajo, eso hizo que nadie se fijara en el carro ni en el invitado que llevaban en el pescante.

Nada más cruzar el rio Fraxno para enfilar ya para su aldea Sancha tuvo una de sus ideas

Hermanas seguir sin mi que me quedo a ver lo que han organizado para hoy por la visita de los reyes y ya os contare esta noche cuando vuelva a casa.

Ya te ha salido la vena cotilla eh vale, vale, pero ten cuidado que entre tanta gente habrá de todo y tu eres muy jovencita

Tranquila hermana que sé defenderme, no seria la primera vez que le tengo que plantar dos hostias a un hombre.


Los clérigos acostumbrados a montar y desmontar catafalcos tuvieron la peana montada y engalanada con las mejores sayas a media mañana Al pobre borracho lo habían sacadado a la callejuela nada más marcharse Domingo Espan sin esperar a que se recuperara pues el tiempo apremiaba para andar con remilgos.

Como siempre Maria y su madre se colocaron en uno de los mejores sitios justo al lado de la puerta por donde saldrían los reyes, el ser amigas de la cocinera tenia sus ventajas y como siempre también Jayme se había ido en busca de sus amigos aprovechando que se había declarado el día de fiesta y se había prohibido toda forma de trabajo por indicación del rey Pedro.

Sancha la Tardana iba de un lado a oro de la plaza buscando un sitio desde donde ver a los reyes cuando reparo en Maria a la que conocía desde hacia años cuando habían coincidido derrayando para el señor Joaquim. Se acerco a ellas y se saludaron efusivamente. Como la plaza se estaba llenando decidió quedarse allí con ellas por lo menos hasta ver salir a los reyes

Ya llevaban un largo rato las campanas sonando en honor a la pareja real cuando por fin las puertas de la casa-palacio se abrieron y la comitiva inicio su marcha hasta el atrio de la iglesia que estaban separados por unas escasas cincuenta varas. El rey con rostro serio y la reina sonriendo y saludando a chicos y grandes cerraban el cortejo que se introdujo en la iglesia pero los reyes ya habían oído mis en la capilla privada de Doña Toda. Al momento los reyes salieron al atrio y se sentaron en los sillones colocados para la ocasión encima del catafalco que los clérigos les habían preparado.

Las campanas dejaron de sonar y se anuncio el discurso del rey.

Queridos súbditos de esta tierra rica en vinos, como ya tuve ocasión de comprobar ayer tarde. Si algo se hace bien aquí es el vino y es por eso que la reina y yo hemos decidido que este vino se dé a conocer por todas partes empezando por la Comunidad de aldeas de Daroca y por la misma ciudad de Daroca. – los aplausos hicieron que el rey parara a tomar aire y prosiguió

Vamos a llevar este buen vino a todas las iglesias de las tierras de realengo, empezando por esta comunidad, con la obligación por parte de las siete parroquias de Daroca de comprar el vino para las celebraciones eclesiásticas a la bodega que la reina y yo designaremos mediante el concurso del que saldrá la bodega ganadora.

Sancha la tardana se había ido adelantando entre la gente para oír bien lo que decía el rey y poder dar la noticia esa misma tarde a sus hermanas

Majestades – interrumpió Sancha ante la sorpresa de todos los presentes –pero este concurso es solo para los de Carinnyana o para todos los bodegueros de la zona porque el vino de mi aldea es tan bueno como el de aquí.

Los abucheos retumbaron en toda la plaza y dieron paso a las carcajadas

Majestades – insistió Sancha – es que en esta zona todo se lo llevan los de Carinnyana y a los de las aldeas pequeñas que nos den..

Otra tanda de abucheos y carcajadas no hizo que Sancha callara

Al menos una bodega por cada aldea si que se debería de permitir y por Carinnyana tres o cuatro para que los pequeños tengan posibilidades.

Unos tímidos aplausos surgieron al terminar su reclamación. La reina se puso en pie y tomo la palabra

Me parece justo lo que esta paisana pide, entonces haremos una eliminatoria entre las aldeas de la rodeada que estén a menos de cinco leguas de esta iglesia y el ganador competirá en la final con los dos mejores seleccionados de Carinnyana.

Ahora si que los aplausos y gritos del gentío entusiasmado se dejaron oír en toda la aldea.

En unos cincuenta días estaremos de vuelta pues hemos de visitar Daroca y antes resolveremos el concurso para llevar ya el vino a la presentación.

A continuación a una señal de los jurados los gaiteros comenzaron a tocar y los zagales que se habían colado hasta la primera fila empezaron a saltar y a bailar. Los reyes discretamente bajaron del catafalco y se fueron para la sacristía a tomar un pequeño refrigerio mientras el tropel de gente comentaba el anuncio y comenzaban las apuestas. Sancha recibió la felicitación de todos los forasteros que había en la plaza e incluso de alguno de Carinnyana que ya la conocía de antes y sabia que era una muchacha de armás tomar

Sancha has estado increíble, que serenidad para reclamarle al rey en persona

Maria es que no me he podido callar. Serenidad dice y estoy a punto de echarme a llorar

Pero tu no tienes bodega – intervino Jayme que como siempre había llegado con el tiempo justo

No, no tengo pero me parece mal que todo es para los mismos todo para los de Carinnyana

Razón no te falta – respondió Jayme – bueno ahora nos vamos todos a la otra plaza que los reyes irán allí a ver las obras de la torre


Miguel llevaba desde primera hora esperando el momento de que los reyes hicieran acto de presencia. Había preparado los planos en orden para dar la explicación y seguir paso a paso como se estaban desarrollando las obras que el rey Pedro se había comprometido a pagar pero que de momento solo había adelantado una minúscula parte del coste total.

Los jurados encabezaban la pequeña comitiva que se había formado para la visita, seguidos de dos clérigos y los reyes que se colocaron en el centro de la plaza de las Almas y desde allí observaron la torre rodeada de andamios y a continuación examinaron todo el material que tenían para abastecer a los canteros. Al fijarse que había una zona preparada con dos sillas a la sombra enfrente de un cajón con unas tablillas se sentaron mientras se refrescaban con una jarra de agua y se comían un puñado de almendras cascadas. Miguel comenzó las explicaciones señalando la primera tablilla. La reina Sibila se levanto dando por terminada la charla sin haber estado atenta a nada de lo que allí se hacia

Querido vayámonos ya, que no quiero que se nos haga tarde y, hasta, como has dicho que se llamaba esa aldea, así, Epila, aun tendremos un buen trecho.

El rey se levanto a regañadientes y la siguió cruzando el atrio hasta la casa-palacio, donde ya estaban las damas y la guardia preparada para la marcha, dejando a Miguel con la palabra en la boca después de que llevaba toda la mañana ensayando con Jayme lo que les iba a decir...

 

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