sábado, 27 de abril de 2024

VI LA AMISTAD



Sentado en el frio suelo de tierra y sin darse cuenta empezó a repasar mentalmente su vida y lo primero que le vino a la cabeza fue la imagen de su hermana María. Recordaba como después de estar jugando con ella toda la tarde y hacerla rabiar como siempre escondiéndole su muñeca de trapo que tanto quería aquel día se quedo dormido en el banco del hogar y lo despertaron los lloros de su madre. Recordaba, a pesar de haber pasado veintidós años, como estaba colocada en la mesa de la cocina envuelta en una sabana que solo dejaba al descubierto su cara, esa carita tan dulce y que él tanto había besado. Recordaba como su madre con los ojos llenos de lagrimas la cogía y la abrazaba contra su pecho mientras su padre sentado en un rincón sin decir nada, sin hacer nada, tragándose sus lagrimas la miraba con dulzura. Recordaba como a la mañana siguiente su padre cogió el pequeño cuerpo amortajado lo metió en un cajón de madera y él mismo se lo echo al hombro y salio de la casa junto con su madre que no paraba de llorar. Recordaba a la gente que había en la calle esperando para acompañarles en el funeral y las caras serias que intentaban esbozar una sonrisa cuando al pasar delante de ellos le acariciaban la cabeza

No volvió a estar tan triste hasta que llego la guerra y aun ahora quince años después todavía había noches que se despertaba con la sensación de volver a sentir la daga cruzar delante de sus ojos y notar el trozo de oreja caer y al momento el dolor insoportable y la sangre, sangre que salpicaba por toda la plaza donde habían recluido a todos los hombres de la aldea y donde a su padre no solo le habían cortado la oreja sino que le habían rebanado el cuello como a tantos otros conocidos suyos. Fueron tres años de impotencia viendo todos los días a los asesinos de su padre sin poder hacer nada

También le vino a la cabeza cuando con solo once años había hecho su primera vendimia junto con su padre y su madre y como al llegar a casa su madre le daba friegas en los riñones mientras su padre afilaba los farcinos para el día siguiente, fue la primera y ultima vez que le habían dolido los riñones y ni cuando tenia que descargar los cuévanos llenos de uva en la bodega de Joaquim le habían vuelto a doler. Rememoro también cuando al acabar la guerra y por haber muerto su padre defendiendo la aldea le habían concedido el huerto en donde tan buenos ratos pasaba primero con su madre y después con, María, su mujer. Su madre llevaba la tristeza en la cara desde que murió su hija y ya desde la muerte de su marido apenas salia de casa sino era para ir a trabajar o ir al huerto y cuando empezaron los achaques a pesar de ser todavía joven ya no le quedaban fuerzas para seguir viviendo

Jayme sonrió al recordar como conoció a su mujer en plena época de vendimias se presentaron en la bodega su madre y ella a pedir trabajo por que en la bodega donde estaban ya habían acabado la campaña, Joaquim no era partidario de llevar mujeres solas pues según él alteraba el rendimiento de los hombres pero como Jayme parecía tener interés las contrato para el resto de la campaña. Los pocos días que trabajaron juntos aquel año no se separo de ellas y al acabar las vendimias ya eran novios

Si algún momento alegre habría de destacar era por supuesto su boda a pesar de que todavía le duraba el luto y la ceremonia se hizo en la primera misa, la felicidad que sentía al lado de María le compensaba de todos sinsabores que le había dado la vida, solo le faltaba la llegada de un hijo que de momento se hacia esperar. Los tres amigos también ocupaban un lugar especial pues desde chicos habían estado siempre juntos tanto en la guerra como en la juerga aunque habían elegido trabajos muy diferentes siempre sacaban tiempo para compartir una jarra de vino

Después de la tensión de las ultimas horas la siesta en la chopera fue como un bálsamo reparador. María fue la primera en despertar

Vamos ahora que estamos todos juntos que de bien nacidos es ser agradecidos y por eso vamos a agradecérselo a las personas que han puesto todo de su parte para que saliera la verdad y saliera mi marido de la cárcel entonces vamos a ver a Joaquim y su esposa Carme que seguro que la influencia de su familia en Daroca ha tenido mucho que ver

Como a media tarde se presentaron todos los amigos en casa del judío

No se asunte Joaquim que venimos gente de paz. Solo queríamos agradecerles todo lo que han hecho

Pasar que os sacare un vino bueno del que no esta a la venta y mira que te lo digo yo que de vender entiendo bastante.

En ese momento todas las miradas se volvieron hacia la escalera por donde había hecho su aparición Carme que estaba impresionante con su vestido violeta con bordados en oro en la hopalanda y saya de seda dorada, melena larga rubia dividida en dos trenzas cruzadas por detrás Las mujeres fueron las primeras en racionar –Buenas tardes Señora

Buenas tardes me alegro mucho de que haya salido todo bien y Jayme este libre

Carme que te parece si mientras damos cuenta del vino tu obsequia a nuestras invitadas con esos dulces que tan buenos que preparas

Bueno mientras los hombres bajan a la bodega nosotras pasaremos a la sala

Las cuatro mujeres entraron a una sala larga con vitrinas y anaqueles a ambos lados y un a mesa alargada donde podían comer cómodamente una veintena de personas, Carme desapareció por una puerta lateral y al momento apareció con una bandeja en las manos llena de dulces arrastrando la cola del vestido por toda la sala y seguida por dos jovencitas con otras dos bandejas. Carme corrió las cortinas para que el sol de la tarde iluminara la sala y a las tres amigas les pareció como estar en un sueño del que no volvieron a la realidad hasta que les ofreció una delicada jarra de cerámica con moscatel –Beber, mi marido dice que no hay otro igual en el mundo pero Joaquim es un poco exagerado

Bueno y contadme ¿como ha ido el juicio? Mi marido no me ha dado muchos detalles

Isabel que era la mayor tomo la palabra –Hemos de daros las gracias por todo lo que habéis hecho, sin vuestra ayuda ahora mi yerno estaría entre rejas

Nosotros metimos a Jayme en este lio y nosotros teníamos la obligación de sacarlo-- le contesto Carme

Mire señora..

Por favor tutéame, yo no pertenezco a la nobleza ni nada parecido, yo quiero ser como vosotras la religión no nos ha de separar

Mira Carme yo ya tengo una edad y se que lo que ha hecho Joaquim hoy le ha costado mucho dinero, una vida de trabajo entera no paga traer a esta gente desde Darocha en tan pocas horas

Pero cosecha cogemos todos los años y los negocios nos van bien y por cierto no os gustaría dedicaros a la venta os he visto muy impresionadas por lo que hay en estas vitrinas, podéis abrirlas o mejor os voy trayendo los muestrarios para que los veáis mejor pero no penséis que os quiero vender nada es mas si hay algo que os guste os lo regalo porque de todas formas pensaba haceros algún regalo

Con los rayos de sol entrando por la ventana las vitrinas reflejaban los metales y las piedras semipreciosas de la multitud de artículos que las llenaban

De verdad crees que esto ¿tiene venta en la aldea?--pregunto María

No mujer, yo llevo tiempo pensando en otro tipo de artículos de bisutería y quincalla ya que por aquí pasan muchos cargamentos diferentes y es con mucho donde mas margen hay

Isabel con dos jarricas de moscatel se estaba animando

Pero donde vamos solo mujeres con la de bandoleros que hay por ahí

No me he explicado bien ¡en todas las aldeas hay judíos?

Si, creo que si –dudo un poco Isabel

Pues si hay una familia judía en la aldea ya tenemos una tienda montada

Y nosotras ¿cual es nuestro papel?

Yo distribuyo la mercancía, tu llegas a la aldea a casa del judío y allí esta el genero, tu que eres cristiana y en la aldea te ven como alguien de confianza lo pones a la venta casa por casa y cuando acabas la venta dejas lo que te ha sobrado al judío y te vienes para Carinnyana. Eso si hay que tomar nota de todo lo que vendas y por cuanto lo vendes para yo abonarte tu parte

Bien pero hay un problema ninguna de las tres sabemos escribir

Pues empezaremos por ahí lunes a mediodía aquí y el mismo maestro que me enseño a mi os enseñara a vosotras

Las voces de los hombres que ya habían subido de la bodega hizo que la reunión acabara no sin antes insistir Carme –El lunes os espero



Había dos veces durante el año en que todas las manos de casa eran pocas y era cuando se abría la veda para espigar y cuando se daba la autorización para racimar porque era entonces cuando te podías asegurar el sustento para todo el año siguiente ya que el pan de centeno o de mezcla de cereales era junto con el vino la base de la alimentación ayudados por el hurto y las gallinas del corral que se comían todas las sobras. Para hace vino todas las casas de la aldea tenían varias tinajas para fermentar el mosto y para almacenar el vino de los racimos recogidos después de la vendimia

María y su madre eran buenas espigadoras que rápidas de movimientos con la hoz por la mañana, en poco rato llenaban el carrico que sus hijastros le prestaban junto con el borrico. Antes del mediodía ya habían terminado la faena, se refrescaron con agua del pozo y se pusieron en marcha, por el camino las alcanzaron Menga y Andrea que subían corriendo desde la plaza de la iglesia

La dueña nos ha mandado a las dos

Donde aprenden tres aprenden cuatro – les respondió Isabel

Carme las estaba esperando en la puerta de casa y las recibió con una sonrisa –pasar que ya tengo todo preparado

Entraron en una sala acondicionada con dos mesas y cuatro sillas alineadas frente a un encerado hecho en la misma pared –Aquí fue donde aprendí yo y aquí os dejo que ahora bajara vuestro instructor

Joaquim apareció con un legajo de papiros y una cara seria, dio las buenas tardes y comenzó la clase.

A la salida Carme interrogo con la mirada a su marido

Hay dos muy buenas y otras dos mas duras pero en dos semanas ya sabrán defenderse y tu terminaras su formación –le explico Joaquim quien le dio un beso rápido y se marcho. Las cuatro mujeres parecían agotadas como si vinieran del lavadero pero en silencio y fue María quien rompió ese mutismo –Es todo tan diferente, es otro mundo

Recuerda que poca gante en la aldea sabe leer y menos las mujeres –les dijo Carme –En dos semanas empezaremos las practicas. Mientras repartiré las mercancías por las aldeas


Johan y Bartolo habían terminado de cenar pero no se movieron del fuego de la cocina que estaba ya prácticamente apagado después de haber calentado las sopa de la que habían dado buena cuenta. Tanto ellos como su mujer, Menga, estaban en silencio esperando a que se hiciera de noche cerrada y se apagaran todas la velas de la aldea. Habían repasado el plan mas de cien veces a lo largo de la tarde, Jayme seria vengado como se merecía

Vestidos de negro y con la cara tiznada con la ceniza del hogar se dirigieron hacia la plaza Alta donde al rato salio de entre las sombras, Miguel, el cuarto integrante y guiados por la pobre luz de una vela metida dentro de una jarra de barro se dirigieron a la casa grande de la plaza que en realidad eran dos viviendas que compartían huerto, corral y fachada pero con las entradas a las viviendas separadas por las dos palancas. Dos de ellos con la tenue vela se acercaron a la primera puerta, mientras los otros dos se quedaban en la calle, totalmente a oscuras, vigilando que todo fuera bien y que nadie metiera las narices donde no lo llamaban.

Al colocar la mano en el picaporte noto como cedía y lentamente y sin ruido se colaron en la vivienda donde la oscuridad era absoluta y no podían orientarse, movieron la jarra arriba y abajo hasta que lograron descubrir las escaleras que lentamente fueron subiendo hasta llegar al rellano donde dos puertas les pusieron en el dilema o derecha o izquierda. En ese momento pensaron que había sido un error llevar solo una vela pero ninguno dijo nada y solo les quedaba una solución: sacaron la vela de la jarra y la colocaron encima como un candelabro y la pequeña luz se multiplico y con el puñal en la mano cada uno entro en una sala.

La sala pequeña estaba vacía y casi sin muebles por lo que antes que se oyera el grito de la mujer estaban los dos asaltantes amordazando y atando a la pareja y rápidamente los empujaron por las escaleras y al llegar al portal les pusieron un saco en la cabeza y haciendo señas a los compañeros se dirigieron a la fragua, todavía sin dueño, donde los dejaron tendidos en el suelo y separados para que no se pudieran ayudar para volver sobres sus pasos hacia la otra vivienda

Esperaron un buen rato por si se había despertado alguien de la casa y cuando estuvieron seguros de que no había nadie levantado repitieron los mismos paso pero esta vez al llegar al rellano solo había una puerta por lo que entraron los dos amigos puñal en mano hacia la cama y allí no había nadie aunque el lecho todavía estaba caliente lo que indicaba que hacia muy poco que se habían levantado y como la calle estaba vigilada solo podían haber ido por el corral que permanecía con las gallinas en silencio o por el hortal y entonces se suponía que estaban escondidos y ademas les podían ver como iban de aquí para allá con la tenue luz de la vela.

Salieron a la calle a llamar a los compañeros y cruzaron por la palanca dispuestos a registrar todo el hortal hasta dar con la pareja. Cuando pasaban por el almacén que daba paso al huerto el que iba el ultimo de los asaltantes creyó ver una sombra que cruzaba hacia la puerta, dio un golpe en la espalda de su compañero a modo de aviso y salio corriendo tras la sombra a la que dieron alcance antes de llegar al medio de la plaza y a la que lograron inmovilizar y amordazar sin que los cercanos guardas de la puerta Alta notaran nada.

Mientras los otros dos salteadores rebuscaban todo el huerto y el almacén hasta que con las sombras que hacia la pequeña vela descubrieron debajo de la escalera el cuerpo seboso del dueño de la casa que no opuso resistencia y a pescozones junto con su mujer fueron llevados a la fragua con el saco en la cabeza.

Dos de los bandidos sacaron un barreño con agua que habían calentado en el fuego de la fragua y le fueron añadiendo salvado de trigo hasta conseguir un engrudo espeso, levantaron al primero de los capturados y sin quitarle el saco de la cabeza lo desnudaron y lo llevaron en volandas al carro que habían encontrado abandonado en las eras, donde lo ataron a uno de los barales y con una brocha le embadurnaron todo el cuerpo de salvado, repitieron la operación con los otros tres rehenes.

En el momento que empezó clarear mínimamente el día, les quitaron los sacos de la cabeza y rápidamente les untaron la cara y la cabeza con miel y les pegaron plumas de gallina, paloma y de todo lo que habían podido recoger por la aldea. En el momento que los cuatros secuestrados estuvieron listos lanzaron el carro calle abajo y los cuatro bandoleros desaparecieron entre las primeras sombras del día, el carro choco con un pilón a la entrada de la plaza del Mercado donde quedaron atascados para mofa y humillación de todos los carinnyaneros que salían a sus tareas mañaneras y que les alegro el día cuando los reconocieron como Nicolás y Jayme d´Alava y sus mujeres a las que ya se les empezaba a secar el engrudo y se estaban quedando tiesas gritaban tanto que los vecinos no se atrevían a acercarse para soltarlos

Los cuatro amigos entraron por un callizo en el barrio judío y una vez lavados y con ropas limpias salieron cada uno por un lado mientras las ropas negras ya estaban en el fuego que de mañana se encendía en casa de los Yesolot, no hubo palabras

Miguel que no era de los madrugadores llego al almacén de Joaquim con las ruedas que días antes le había prometido y este al ver la diferencia de tamaño ya entendió la posición al montarlas y sonrió

Esta vez acertaremos hoy no vuelvo a casa sin poner todo en marcha

Así sea pero que sea pronto –le contesto Miguel

Les costo mas llegar al campo que montar las ruedas nuevas y antes de media mañana, con el sol en toda la cara, Joaquim hizo la señal a los arrieros y las caballerías se pusieron en marcha.

A la salida de la primera misa del domingo todos salieron en dirección a carrayles, unos invitados personalmente por Joaquim y otros simplemente por ver que pasaba. Para los invitados con los que Joaquim pensaba hacer negocios habían preparado unas jaras con vino dulce y unas bandejas con pastas, el resto curioseaba y tocaba todo excepto las mulas que las guardaban los zagales que ademas habían estrenado ropa para la ocasión. Cerrando la comitiva iba Johan que al llegar a la altura donde estaban Jayme y Miguel salto del camino al campo y esa fue la señal para que las mulas se pusieran en marcha.

Al llegar al ribazo la vertedera salio de la tierra, hábilmente manejada por Jayme y los invitados se pusieron a aplaudir y se acercaron a ver el aladro y la labor que había hecho al desfondar el campo aunque Jayme rápidamente engancho al par de machos que volvieron al aladro al comienzo de la labor y nuevamente a la señal la mulas comenzaron a girar. Durante toda la mañana estuvieron repitiendo las pasadas del aladro que iba dejando la tierra lista para plantar la viña. Mientras unos se fijaban en la labor que hacia el brabante a otros les llamaba mas la atención lo descansadas que estaban las caballerías que manejadas por los dos zagales daban vueltas al malacate. Joaquim como buen negociante que era ya tenia una lista de precios que incluía el desfonde, el alineado y la plantación con barrena y agua y allí mismo a pie de campo ya apalabro negocios con alguno de los agricultores mas conocidos



Los hermanos d´Alava por supuesto no acudieron a la inauguración a pesar de estar invitados pues estaban todavía con sus mujeres frotándose con piedra pómez para librarse del engrudo y las plumas que les había dejado el cuerpo cuarteado y no les permitía ni siquiera mear y aun les resonaban las risotadas y los insultos que les habían lanzado a su paso todos los habitantes de Carinnyana y que de no ser por dos jovenzanos que les soltaron las manos atadas a los badales aun estarían en la plaza. La carrera hasta su casa, desnudos por la calle, había sido jaleada por todos los chicos del pueblo. Los gritos y las maldiciones se habían convertido en lamentos y quejidos cuando llego la hora de rascar la piel en los sitios mas íntimos que era donde mas se había agarrado el engrudo

Aun así fueron el tema de conversación durante la pequeña fiesta pero nadie se atrevo a preguntarle a Joaquim por sus reconocidos enemigos, fue él mismo quien se refirió a ellos en voz alta

Veo que faltan algunos de los invitados – hizo una pausa para las carcajadas

Hay gente que no agradece nada, yo no soy de esos y por lo tanto antes de empezar las vendimias tendremos dos días de Alegrías en Carinnyana pagadas por la comunidad judía a la que estáis todos invitados, bueno comunidad, mejor decir que las pagaremos mi mujer y yo – nuevas carcajadas –espero que todos los vecinos de Carinnyana y los de todas las aldeas cercanas vengan a divertirse y olvidar las penas

De las penas se olvidara el que pueda dormir por la noche –les dijo Jayme a sus amigos con los que había hecho corrillo mientras comían unos trozos de tocino.

En ese momento dos vecinos que habían bajado de Encinacorba para la ocasión ya volvían por carrayles hacia Carinnyana

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario